jueves, 18 de marzo de 2010

Ser o no ser

Algunas veces he oído de los labios, aunque quizás con otras palabras, el terrible dilema que inmortalizara Shakespeare: Ser o no ser. Me pregunto si te lo has aplicado a ti mismo y te has preguntado si serás algo o no serás nada en la vida. Quienes te rodean, ¿Te recordaran con simpatía y aprecio por el bien que les hiciste, o serás por ellos un recuerdo ingrato o quizá ni siquiera llegaras a impresionarles como para que te recuerden? ¿Serás o no serás? ¿Sera la tuya una personalidad atrayente basada en las cualidades de tu espíritu, en el acervo de tu cultura y, por encima de todo, en las virtudes que resplandecerán en cada uno de tus actos y en cada una de tus palabras?

¿Se podrá contar contigo en la hora de la necesidad? La piedra falsa puede no diferenciarse mucho en su apariencia de la verdadera, pero para el ojo experto, no habrá confusión posible.

Alcanzaras o no alcanzaras una posición que, desde el punto de vista humano, parezca destacada. Eso, al fin y al cabo, no tiene importancia, por eso debes ser siempre humilde y respetuoso con los demás. Con tus modales, expresa hacia todos una cortesía nacida en tu corazón.

Jamás hagas diferencias. Se cuenta que un día el rey Luis XV salía de Versalles con su preceptor. Un lustrabotas, que estaba a la puerta, se quito el sombrero al paso de su majestad sin que este contestara el saludo. Pero el preceptor lo hizo. _ ¿Cómo_ Pregunto extrañado el rey_, es que saludáis a un perdulario? _ Señor_ contesto el preceptor_, prefiero saludar a un perdulario a que digan que un perdulario tiene más educación que yo.

Comprenderás que al hablarte de cortesía y buenos modales, no confundo estas cosas, ni debes hacerlo tu, con ese barniz de urbanidad con que muchas personas tratan de aparentar lo que no son.

Dijo Vives que no debe pasar un día en que no hayamos leído, oído o escrito algo con que se acreciente nuestro saber, nuestro juicio o nuestra virtud.

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