domingo, 7 de febrero de 2010

LA DIGNIDAD DEL TRABAJO

Lo que voy a decirte en este post es de tanta importancia que si no estuviera seguro de tu atención y de tu interés en ello te rogaría que lo consideraras con calma y con sentido practico. Se que lo harás, de manera que no insisto.

Quiero referirme al trabajo, a la manera como debes llevar a cabo las tareas inherentes a las diferentes actividades de la vida. El éxito o el fracaso dependerán en gran parte de tu actitud ante las obligaciones que la vida vaya imponiéndote, y del espíritu con que encares las actividades y trabajos que debes realizar.

Ante todo permíteme que te diga que al menos que cumplas con ciertos principios referentes al trabajo, hallaras que el éxito a que aspiras se hará cada vez mas lejano. Por lo tanto, debes estar dispuesto a colaborar en la búsqueda del éxito con un incansable empeño y una seriedad constante en las tareas que tengas que cumplir.

No se te ocurra jamás dejar librado tu éxito a la casualidad. Así lo hacen muchos. Confían en que de una manera u otra las circunstancias se encadenaran para que ellos logren lo que esperan. En otras palabras, confían en que la suerte los favorecerá y en que un buen viento del cual no saben ni como, ni porque, ni de donde ha de soplar, los conducirá a buen puerto.

Como comprenderás, esto es sencillamente una ingenuidad irresponsable. Si es verdad que a veces las circunstancias podrán ponerse de tu parte, también es que lo es que ellas serian completamente inútiles si la calidad de tu tarea no las hace aprovechables. Por otra parte ya sabes que cuando hay verdadera decisión, perseverancia y esfuerzo, estarás en condiciones de crear tu mismo las circunstancias favorables para tu obra.

Oirás expresiones como estas: "Si la suerte me ayuda…" o, "con un poco de suerte…" o también, "Tengo que conformarme con mi suerte…". Líbrate del peligro de sentirte inhibido por la idea de que eres juguete de un encadenamiento de circunstancias del cual no puedes escapar. Ni debes tampoco achacarle a la mala suerte cualquier falta de habilidad o de perseverancia de la cual seas tú el responsable.

La idea de que dependemos de la suerte participa del fatalismo, de la predestinación y es una forma actual de lo que los antiguos llamaban "depender de las hadas". Fija desde ahora en tu mente el convencimiento de que la suerte es un espejismo. No existe. Por lo tanto, no caigas en la debilidad de engañarte invocándola para justificar un fracaso. Todo esta en tus manos, con la ayuda de Dios. Si te esfuerzas como sabes y debes hacerlo, y buscas la bendición del Todopoderoso veras como las palabras "buena o mala suerte" desaparecen de tu vocabulario.


 

 

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